Existió alguna vez allá por el año 1200, un horrendo hombre de larga cabellera, ojos destellantes y hocico como de fiera. Que por su pelo se confundía, con las mujeres de Xonkatlan (lugar de cabelleras o de greñas sueltas). Una aldea huasteca, gobernada por una mujer llamada, Tezitlal (estrella de piedra) en inmediaciones de la [...]