Friday 06th December 2024,
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Festejos a María Magdalena en Xico

Información Cortesía de Gobierno Del Estado de Veracruz

Es un pueblo de magia, de cultura popular. Ahí se lleva a cabo una de las más antiguas tradiciones en el país: la mayordomía y los festejos a la imagen de Santa María Magdalena, la mujer judía que estuvo cerca de Jesucristo cuando su muerte.
Nadie sabe cómo y cuándo llegó la costumbre del festejo, quién la hizo y desde qué fecha exacta la celebran; aún así la aprecian con ahínco, con un ansia de fe, con una sed de milagros. Lo cierto es que muchas historias corren y durante 30 días, apenas truena el primer cohete del mes de julio, la parsimonia de un lugar enclavado en la montaña, se rompe. Xico, está ubicado al sur de México, en el estado de Veracruz, muy cerca de Xalapa. Rodeado por plantaciones de café, caídas de agua y vegetación abundante es delicia de la naturaleza. El clima durante gran parte del año oscila entre los 10 y 19 grados centígrados, en las mañanas despierta con un olor a humedad, a café de grano. Las tardes son interrumpidas por algún motor de automóvil, charlas cotidianas y oscurece matizado por el silencio de provincia.
El nombre original de Xico es Xicochimalco, cuya etimología es Totonaca y significa Escudo de Abeja. Fue fundado en el siglo IX antes de Cristo. Con el paso de los años fue habitado por culturas precortesianas como la Azteca, Tolteca y Teochimeca. Tras la conquista, en el año 1601, las autoridades españolas decidieron cambiar de ubicación al pueblo para comenzar la evangelización y cobrar tributo por las tierras, recibiendo el nombre de Santa María Magdalena Xicochimalco. Durante el gobierno de Porfirio Díaz se suprimió el nombre a Xico según el Decreto 47 del 29 de noviembre de 1892, elevándolo al rango de Villa.
Donde antes estaba Xicochimalco ahora se conoce como Xico Viejo, está a una hora de Xico por un camino en ascenso de piedras, voladeros y barrancas que dan una vista de acuarela. Casi todo el día hay neblina, el frío de montaña cala en los huesos.
Rodeada de parques la catedral se impone como el corazón del pueblo con sus detalles arquitectónicos del siglo XVI y la presencia de acabados barrocos y neoclásicos de los siglos XVIII y XIX. Dentro de sus muros se encuentra la figura de la Santa que yace acostada sobre flores y pasto. A decir del profesor José Luis Zacarías Cuavichi, encargado desde hace años del diseño del arco de la iglesia, la tradición oral explica que antaño celebraban en el pueblo a San Miguel y un día sin fecha ni año en que preparaban lo concerniente para la festividad, unas personas observaron unas mulas en uno de los extremos del parque.

Desde que amaneció hasta al anochecer habían estado ahí, eran 4 cargadas con bultos al lomo y hubo personas del pueblo que les dieron de comer y beber. Al otro día seguían en el mismo sitio, entonces el párroco ordenó que fueran llevadas a los patios de la catedral para darles descanso y comida. Al quitarles la carga se dieron cuenta que en uno de los paquetes venía la figura de la Santa, se cree que ella buscó en Xico la fe y desde ese entonces (se desconoce la fecha exacta) celebran esta fiesta popular.Para evitar el deterioro de la imagen se mandó a esculpir una figura de María Magdalena, la cual es paseada por el pueblo en días de fiesta. Es tanta la creencia en ella que gente de otros lugares del estado, incluso del país, la veneran y van a pedirle favores; algunos dejan ofrendas, otros tantos le obsequian vestidos, hasta se ha creado un museo donde se exhibe gran parte de los regalos.
La fiesta dura todo el mes de julio, -aunque el día de María Magdalena es el 22- desde mayo se van afinando los detalles y antes del 15 de julio se hace una procesión para ir a cortar la flor de cucharilla que adornará el arco de la iglesia, la cual se corta en el campo en medio de un ritual en el que participan únicamente hombres, la mayoría de extracción indígena.
Para ello deben ir vestidos de blanco, llevar comida del mismo color como quesos, pan y aguardiente para que la flor no se manche. Además, se debe dar una ofrenda de alimentos y pedir permiso a San Juan del Monte para que los guíe en la búsqueda. Cuentan que ha habido ocasiones en que la flor llega manchada porque no se respeta el ritual, se comenta que en años anteriores hubo gente que se extraviaba al no seguir la tradición.Los días relevantes de la fiesta son del 18 al 22 de julio, todo se transforma. El verde y la mora -licores típicos (de sabor dulce) de Xico- abundan en la calle. Se hacen tapetes de aserrín pintado, procesiones, queman cohetes, sueltan toros por las calles (Xiqueñada), bailan cencerreros y culmina con una corrida de toros. Todo se lleva a cabo en la calle Hidalgo, sus más de 10 cuadras son vestidas con los tapetes. Los xiqueños también fabrican unas estructuras de madera con explosivos que llaman toritos, son adornados de colores y reciben un nombre ya sea de la congregación o barrio.
Crónica de la tradición, de la fe de un pueblo que conserva una práctica que forma parte del folclore popular y de las raíces que no se agotan: 19 de julio. A temprana hora se escuchan las detonaciones de los cohetes, el ruido de los cencerros y la música taurina que ambienta el pueblo. La vida de los xiqueños ha comenzado en la calle principal: trabajan elaborando tapetes de aserrín pintado. En las calles las notas musicales se fusionan.

Caídas las sombras el torrente del cielo se ha convertido en una constante llovizna, ya todos los rincones de Xico se han llenado de vida, de luces y olores de comida; de gente ajena al pueblo y a la tradición. Están por dar las 10 de la noche y en la explanada de la iglesia la espera es fiesta de incertidumbre. Hay gritos, aplausos, oraciones. Los que no conocen la tradición se dan cuenta que a lo lejos viene la Santa arrastrada en ese mundo de cabezas, el cielo es adornado por cohetes que explotan provocando una lluvia de colores.
La Santa sube los escalones, en los rostros de quienes la cargan no se ve el cansancio sino una fe tremenda. A su paso hay gente llorando, admirándola; por un momento el tiempo se ha detenido en esa imagen, en la fe de una comunidad.
Varias detonaciones captan la atención, ahora la luz es en tierra y el espectáculo es alrededor de la puerta de la iglesia que entre fuegos pirotécnicos reza: Viva Santa María Magdalena. La imagen entra a la catedral, la multitud es un hervidero y sigue el cielo encendido. Muchos feligreses se dispersan, otros entran a catedral para admirar a la recién llegada y pedirle algún favor.

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