Naolinco se encuentra dentro del área geográfica de varios pueblos de ascendencia totonaca, misma que marca la pauta de esta celebración, en la cual el sincretismo dado con la conquista de los españoles se impusieron costumbres del cristianismo con la religión de los pueblos conquistados. Es así como el día de muertos en Naolinco, tomándola e imponiendo en ella un toque especial, imprimiéndole cada año nuevas formas de celebración, pero sin salirse de los cánones básicos del festejo, ya que todos los elementos de la ofrenda nos vienen desde tiempos ancestrales, es así que nuestras tradiciones están llenas de historia, mismas que se conservan a través del tiempo.

Para la gente de Naolinco las celebraciones en torno al día de muertos son muy importantes, ya que son días en los cuales se cree que las almas de los difuntos familiares regresan para pasar un momento con nosotros. Así mismo, es por muchos sabido que Naolinco es un referente único en el Estado de Veracruz, por lo cual es visitado por miles de personas para ver cómo se viven las tradiciones y de paso aprovechar de todas las bondades del municipio, comenzando con los sembradíos de Cempasúchil en San Pablo Coapan, la incomparable gastronomía, las bellezas naturales, el clima templado, el café del Espinal, el calzado artesanal, la cerámica de San Miguel Aguasuelos, las infusiones con alcohol y sobre todo la hospitalidad de su gente.
A finales de octubre se colocan los altares en las casas de los naolinqueños, existe una gran variedad de estilos, pero es verdad que algunos llegan a ser unas verdaderas obras de arte. Dentro de los altares se coloca la ofrenda, misma que consiste en los alimentos, bebidas y algunos artículos que consumían o usaban los difuntos cuando estaban en vida. Según el historiador Daniel Fuentes Ramírez: “Son nueve elementos esenciales los cuales nunca deben o pueden faltar: El agua, sal, cirio, copal o incienso, flores, petate, juguetes, gollete y cañas”. Aunque también afirma que con el paso del tiempo se han integrado alimentos como: Pan, calabaza, mole, tamales y chocolate. En cuanto a las bebidas más fuertes encontramos: el aguardiente, cerveza, el tradicional pulque, tequila, los vinitos caseros de uva, mora, limón, nanche, berenjena o la bebida favorita de aquellos seres queridos.
Naolinco, al igual que otros pueblos de México se distingue por tener un arraigo especial alrededor de las celebraciones de Día de Muertos, pero existe una principal característica que lo diferencia de los demás: “La Cantada”. La cantada se lleva a cabo durante la noche del 1° y la madrugada del día 2 de noviembre, durante la cantada, es común ver como diversos grupos se conforman para cantar alabados y alabanzas (escritos e interpretados por la gente de Naolinco), según la tradición el primer canto debe ser entonado en la Capilla central del Panteón, para continuar con el canto en las tumbas de los familiares que yacen en el cementerio y por último se visitan diversas casas de familiares o conocidos para cantar en sus altares. Gente de todas las edades participa en dicha expresión cultural, misma que está cargada de misticismo, devoción, respeto y cariño, por eso y más, Naolinco es conocido como “el pueblo que le canta a la muerte”
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