A pesar de ser poco conocida, esta zona arqueológica de Veracruz es una de las más bonitas, enigmáticas e inspiradoras que se pueden encontrar a lo largo de la costa del Golfo de México, específicamente, en el municipio de Actopan, Veracruz.
Quiahuixtlán, en lengua náhuatl significa “Lugar de la Lluvia” y se cree fue fundado entre el 800 y 900 d.C. en lo alto de un cerro llamado Cerro de los Metates, frente a la costa de Villa Rica y desde aquí intentaron protegerse de grupos invasores, al estar ubicados en una parte alta, con difícil acceso pero desde la que tenían una vista que dominaba el paisaje en tierra y mar. Para llegar a Quiahuixtlán, se debe tomar la carretera Cardel – Nautla Federal 180, comúnmente conocida como la costera, cerca del Farallón, se encuentra un letrero que indica la entrada a la zona arqueológica. Al entrar a este lugar, se descubre un paisaje rural, que cuesta arriba va develando un camino que llevará hacia una parte alta en el cerro en el que en una meseta, poco a poco se observan los restos de las estructuras arqueológicas. Quiahuixtlan fue una ciudad prehispánica que cumplió con varios propósitos, el principal fue el de ser un cementerio, prueba de ello son las 34 tumbas que se han localizado en esta explanada. A este tipo de tumbas “pequeñas” se les conoce como “Teocallis”. Además, fue una ciudad que tenía numerosos habitantes y también fue una fortaleza, privilegiada por su ubicación alta, además, también construyeron algunos muros defensivos que la protegía de invasiones. Se dice que desde aquí se pudieron observar los antiguos habitantes a las naves de Hernán Cortés acercándose a la orilla, cuando llegaron a encallar las embarcaciones en Villa Rica. Hoy en día, no hay más avistamientos de conquistadores, pero si una vista inspiradora y bella de la costa veracruzana y del panorama que el Cerro de los metates y la Zona arqueológica de Quiahuixtlán permiten tener de este rincón. Más Información: http://www.turismoenveracruz.com.mx/arqueologico.htm |
---|